El Camino de Santiago en bicicleta.
- Publicado por Snail Touring
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Si hay un viaje en bicicleta que destaque en España ese es, por la cantidad de gente que mueve, el Camino de Santiago. Cada vez más bicigrinos llegan a la plaza del Obradoiro en sus monturas. Por eso este post lo vamos a dedicar a hablar de él.
Cuando pensamos y buscamos información sobre el Camino de Santiago automáticamente nos aparece el camino francés, que es el que va desde Saint Jean Pied de Port (si empiezas en la parte francesa de los Pirineos) o Roncesvalles (ya en Navarra), hasta Santiago de Compostela. Sin embargo, hay una gran cantidad de caminos que recorren la península desde todos los puntos cardinales ya que una de las premisas del camino es que lo puedes comenzar desde la puerta de tu casa. Haz click aquí para acceder a nuestro perfil de Wikiloc, en el que encontrarás los tracks de los diferentes Caminos de Santiago.
Se puede hacer solo o en grupo. Cada modalidad tiene sus ventajas e inconvenientes. Si vas solo irás totalmente a tu aire, aunque si no haces el Camino de Santiago francés, el Camino de Santiago del Norte o la Ruta de la Plata, que son los más transitados, habrá grandes tramos sin encontrar a nadie. Si vas con más personas no tendrás este problema, pero se corre el riesgo de encerrarte en la gente del grupo y no relacionarte tanto con otros peregrinos o con la gente local. Cada uno debe valorar qué es lo que más se adapta a sus preferencias.
Por qué hacer el Camino de Santiago en bicicleta.
Un aspecto que ha hecho que el Camino de Santiago se convierta en un referente del cicloturismo es que, mientras que originalmente la motivación del peregrino era religiosa, hoy en día se añaden otras como el contacto con la naturaleza, el reto puramente deportivo o hacer un viaje espiritual para conocerse mejor a uno mismo, sin necesidad de que esté relacionado con ninguna religión. Si quieres puedes ver por qué viajamos en bicicleta.
Hacer el camino en bicicleta nos permite recorrer grandes distancias sin renunciar a la ruta jacobea, ya que con la bici podemos parar a visitar el patrimonio histórico y cultural, y mantener contacto con las personas que nos cruzamos, tanto otros peregrinos como gente local. Aunque hay que tener en cuenta que conoceremos a muchos que lo harán andando y que, seguramente, no volveremos a encontrarnos, ya que en bici puedes hacer en un día lo equivalente a 2-3 etapas a pie. Y, sobre todo, que no te engañe esta medida y pienses que el viaje va a ser un paseo. No tardarás tantos días como un caminante, pero en el día a día el esfuerzo será el mismo, dependiendo de cada persona.
Planificar el Camino de Santiago.
Una de las cosas que hay que valorar es si se dispone del número de días suficiente para hacerlo completo. No sirve de nada hacerlo arrastrando la lengua y sin disfrutarlo. El Camino de Santiago no es una competición. Si no tenéis la posibilidad de recorrerlo cómodamente hay dos opciones. La primera es empezar en un punto intermedio más cercano a Santiago. La segunda es dividirlo por tramos y hacerlo, por ejemplo, por años, empezando cada año en el punto en el que lo dejaste el anterior.
En esto de viajar en bici cada persona es un mundo. Los hay que prefieren planificarse las etapas al milímetro y los que prefieren ver con qué les sorprenderá el día. Lo bueno del camino es que ambos tipos de personas tienen cabida, ya que cada vez hay más posibilidades de alojamiento (albergues, iglesias y otros) en las localidades por las que pasa, de manera que puedes calcular con previsión tu ruta o decidir su final en el momento que tú prefieras. Eso sí, hay que tener en cuenta que hay determinados caminos muy poco transitados y en los que nos será más difícil encontrar un lugar en el que pasar la noche. Antes de emprender la marcha, estudia las posibilidades del camino que vayas a hacer.
Y ya que sacamos el tema del alojamiento, vamos a hablar de uno de los aspectos más reconocibles del camino: los albergues. Cada persona tiene unos gustos y tiene que viajar en función de ellos, pero si estás haciendo el Camino de Santiago una de las mejores experiencias son los albergues. Ahí conocerás a personas que están haciendo lo mismo que tú, con las que intercambiar anécdotas, con las que cenarás, con las que puede que recorras kilómetros al día siguiente, y con las que puede que encuentres amigos para toda la vida. Hay que diferenciar entre albergues públicos y privados. En los albergues públicos los caminantes tienen preferencia sobre los ciclistas hasta las 8 de la tarde. El motivo es que un ciclista, si no tiene sitio, puede llegar más fácilmente al siguiente. Si estás haciendo el camino francés en verano, tienes que tener cuidado con esto por la cantidad de gente que hay. En los albergues privados puedes reservar con antelación tu plaza. El problema de esto es que pierdes el componente, nombrado anteriormente, de acabar el día en el punto que más te apetezca.
Consulta nuestra lista de material para viajar en bici. Para el Camino de Santiago, durmiendo en alojamiento, tendrás que eliminar el material de acampada.
En cuanto a la documentación necesaria, además de la básica (documento de identidad, tarjeta sanitaria, tarjeta de crédito…) tienes que hacerte con la Credencial del Peregrino, que es lo que tendrán que sellarte por los diferentes sitios por los que pases: albergues, iglesias, restaurantes… La credencial es la que te dará derecho a usar los albergues del camino y conseguir la Compostela, que certificará tu peregrinación, una vez llegues a Santiago. Para que te den la Compostela yendo en bici necesitarás acreditar que has hecho, al menos, los últimos 200km con dos sellos cada día, a diferencia de los caminantes o personas a caballo, que necesitan los últimos 100km. La puedes conseguir en las distintas asociaciones de amigos del Camino de Santiago, cofradías, parroquias y/o albergues autorizados que hay por toda España y en algunos puntos internacionales.
Aunque en España gozamos de un clima envidiable en comparación con otros países, no hay que olvidar que Santiago de Compostela está en Galicia, la comunidad más lluviosa del país, y que, dependiendo del camino que hagamos, será mejor una época que otra. Los caminos que parten de la mitad sur de la península no habría que tocarlos en verano por las altas temperaturas. En cambio, se pueden hacer en épocas más frías asumiendo que al final nos encontraremos con el clima del norte. Además, en el caso del camino francés, hay que contar con que en verano es cuando más masificado está, por lo que es una buena opción valorar otros caminos.
Podríamos hacer mil artículos sobre esta gran ruta, así que dejaremos para más adelante otros temas con lo que profundizar en la misma. Solo nos queda añadir el saludo de los peregrinos:
¡Buen camino!